Los gritos de dolor de ‘Calidoso’ y los aullidos de su pequeña mascota levantaron a los vecinos de la Universidad Javeriana el 2 de mayo hacia las 4 en punto de la madrugada.
El 39 por ciento del cuerpo de ‘Calidoso’ ardía en llamas después de que desconocidos le rociaron gasolina y le tiraron un fósforo, mientras dormía en el caño de la calle 39 con carrera 7.ª, su hogar desde hacía varios años.
‘Rolo’, su compañero de calle, fue el primero en escuchar sus gritos e intentar sofocar las llamas con agua del propio caño.
Mientras la perrita ardía, ‘Calidoso’, de 50 años, fue llevado de emergencia al hospital universitario San Ignacio con quemaduras en todo su cuerpo. Según ‘Rolo’ –con quien ‘Calidoso’ llegó de Cali siendo aún adolescente–, se quejaba mucho del dolor en sus manos y solamente preguntaba si su mascota se había salvado del cruel ataque.
Durante cinco días, los médicos del San Ignacio intentaron salvarle la vida. Pero, por la gravedad de sus heridas, entró en coma y el viernes murió a raíz de las quemaduras y de las infecciones que estas le generaron.
Las hipótesis
Por ser ‘Calidoso’ un habitante de la calle, su caso no ha despertado mayor interés. Pero un grupo de estudiantes de la Universidad Javeriana y de investigadores judiciales están empeñados en que el caso no quede en la impunidad.
“Le decíamos ‘Calidoso’ porque trataba a todo el mundo con afecto. Nos saludaba y distinguía e incluso nos cuidaba mientras tomábamos el trasporte”, le dijo a EL TIEMPO un estudiante.
Por su parte, las autoridades informaron que trabajan tres hipótesis en torno al crimen de Marco Tulio Sevillano –el verdadero nombre de ‘Calidoso’–, ocurrido a unas cuantas cuadras de una estación de Policía.